En la literatura y el cine

La época Tudor forma parte de los periodos históricos más populares de la literatura y la leyenda inglesa.
La casa Tudor proporcionó particularmente toda una serie de coloridos personajes de los que se apoderaron los poetas, los dramaturgos y más tarde los novelistas y los cineastas. Desde el siglo xvi, la ascensión al trono del primer rey de la dinastía, Enrique VII es puesto en escena en Ricardo III de Shakespeare. Enrique VIII, pieza atribuida a Shakespeare y John Fletcher ve el nacimiento de la reina Isabel I. El martirólogo protestante, John Foxe, estará en el origen de la leyenda negra de María Tudor con Acts and Monuments,
mientras que sir Edmund Spenser forja la leyenda dorada de Isabel I con la "gloria" del poema épico The Faerie Queene
(La reina de las hadas) que inspirará más tarde Gloriana, ópera en tres actos de Benjamin Britten, libreto de William Plomer, extraída de Elizabeth and Essex: A Tragic History de Lytton Strachey y estrenada en Londres en 1953. Su personaje conoce sin embargo un eclipse en la novela del siglo xx en la que a menudo es presentada como una viuda despótica.
Eduardo VI aparece en la novela de Mark Twain, El príncipe y el mendigo. En la actualidad autores como Philippa Gregory, Laurien Gardner o Robin Maxwell continúan explotando la veta Tudor con éxito.
En el siglo xx y a principios del siglo xxi, numerosos dramas radiofónicos, documentales televisivos, miniseries y largometrajes perpetúan la leyenda de los reyes Tudor:
El más popular es sin duda Enrique VIII del que los artistas subrayan su carácter despótico: A Man for All Seasons de Robert Bolt, pieza escrita para la radio luego adaptada para el teatro (1954) inspira la película del mismo nombre de Fred Zinnemann, en 1966, y posteriormente un telefilme de 1988 con Charlton Heston

. Su poligamia es una fuente dramática inagotable: Anne of the Thousand Days (1969) de Charles Jarrott, Henry VIII And His Six Wives de Waris Hussein (1972), Henry VIII telefilme de la BBC (1979), The Wives of Henry VIII (2001) de Andy Rashleigh, The Six Wives Of Henry VIII serie televisiva (docudrama) de David Starkey (2003), Henry VIII (2003) de Pete Travis.
Enrique VII, Eduardo VI y María apenas inspiran a los autores, mientras que Isabel es la gran favorita con Elizabeth R, miniserie para la BBC (1971) de Donald McWhinnie y Richard Martin con Glenda Jackson, Elizabeth I de Shekhar Kapur con Cate Blanchett (1998) que la presenta más bien como una víctima y su secuela: Elizabeth: The Golden Age (2007) con Cate Blanchett, The Virgin Queen de Coky Giedroyc (2006). Shakespeare in Love (1999) de John Madden, con Joseph Fiennes y Gwyneth Paltrow recupera al personaje de la vieja áspera y desapacible en el trato.
La reina de nueve días, Jane Grey (Juana I), es la heroína de Lady Jane (1985) de Jane Lapotaire.

The Other Boleyn Girl (en español, Las hermanas Bolena, La otra reina o La otra Bolena) es una película histórica de 2008 dirigida por Justin Chadwick.
El filme es una adaptación cinematográfica de la novela homónima de Philippa Gregory y del telefilm de la BBC también basado en el libro. La historia se centra en la vida sentimental de la aristócrata británica del siglo xvi, María Bolena, hermana de Ana Bolena y una vez amante del Rey Enrique VIII de Inglaterra.
En 1973 el tecladista británico Richard Christopher Wakeman (más conocido como Rick Wakeman) sacó a la luz el álbum "Las seis esposas de Enrique VIII".

Finalmente, capitalizando la popularidad de la familia Tudor, Showtime estrenó en 2007 una serie, The Tudors, escrita por Michael Hirst con Jonathan Rhys-Meyers encarnando el papel de Enrique VIII.
Recientemente la cadena Starz ha hecho una serie sobre la llegada al trono de Enrique VII y las distintas intrigas por derrocarle. Con el título de The White Princess (en español, La princesa blanca), ha tenido una primera temporada de 8 capítulos, basada en la novela de Philippa Gregory y secuela de The White Queen. En España recibió fuertes críticas por la escena del capítulo 6 en la que son recibidos en la Corte Española de los Reyes Católicos con una performance "flamenca" poco propia del s. xv y completamente estereotipada.