El reinado de Eduardo VI estuvo marcado por la consolidación de la Reforma Protestante en Inglaterra. Bajo el liderazgo de Somerset y, posteriormente, de John Dudley, duque de Northumberland, se introdujeron importantes reformas religiosas. La Iglesia de Inglaterra adoptó doctrinas y prácticas más radicalmente protestantes. El Libro de Oración Común de 1549, y su revisión más protestante en 1552, establecieron el culto en inglés y eliminaron muchos elementos católicos.
rápidamente debido a una posible tuberculosis. Preocupado por la sucesión y para asegurar la continuidad del protestantismo, Eduardo fue persuadido por John Dudley para nombrar a su prima Lady Jane Grey como su heredera, excluyendo a sus medias hermanas María (católica) e Isabel (protestante moderada).
Eduardo VI murió el 6 de julio de 1553 a la edad de 15 años en Greenwich Palace. Su muerte desató una crisis sucesoria que llevó al breve reinado de Lady Jane Grey. Sin embargo, María Tudor, apoyada por una gran mayoría de la población, depuso rápidamente a Jane y restauró el catolicismo durante su propio reinado.
El legado de Eduardo VI es significativo en la historia de la Reforma Inglesa. Su reinado, aunque breve, consolidó las bases del protestantismo en Inglaterra, que serían reafirmadas y fortalecidas durante el posterior reinado de Isabel I. Su devoción al protestantismo y sus intentos de asegurar su continuidad han sido una parte importante de su legado histórico.